lunes, 29 de junio de 2009

Al fin y al cabo

Ayer me levante con un cansancio sobrenatural, nada me dolía, pero el cansancio era extremo.
Finalmente logro salir de la cama por cuarta vez y me voy al cumpleaños de mi tía.
El viaje en colectivo fue una especie de viaje espacial, raro, los colores eras amarillentos, gastados, mis movimientos eran como los del que esta debajo del agua, despasito muy desapasito.
Iba parada, por supuesto, casi al final del trayecto encuentro un lugar en esos asientos de mierda que van al revés................ y ahí iba yo, sentada, escurrida como una ameba, con 24 sanguchitos de miga en la falda cuidando que no se aplasten.......

Pase por una plaza, y pensé "Placitaaaaaaa" si lo hubiera pronunciado hubiera salido una vocecita suave, llorosa, melancólica, casi como un lamento......

Lamento no estar en una placita, bajo el sol de una tarde de invierno....,
En ese momento esa imagen era para mi la representación de lo idílico, de lo que me hacia/hace falta...

Una de las cosas que me hace infeliz, -o poco contenta- es creer que soy la unica con contradicciones y conflictos internos.
Pero muchas veces veo que la gente vive para el orto, hacen lo que pueden, y esta bien que así sea.
Sin embargo no se puede negar la existencia fugaz, sí, pero existencia al fin, de momentos donde si miras bien se puede percibir algo diferente, algo q nos es vedado la mayor parte del tiempo, esa sensación genuina,- auténtica, suave, equilibrada,- de que todas esas cosas por las que te la pasas preocupado la mayoría del tiempo, al fin y al cabo no importan, y por ese segundo, sos libre...

Siiii, solo queres estar en una placita, con alguna amiga del alma, hablando, riendote.

Pero no para evadir, sino para sentir y disfrutar de lo que realmente te hace bien, que si lo pensamos un poco es lo unico que importa.
Esta bien, lo demas es importante por que si no hacemos lo que "hay q hacer", tambien somos miserables, pero por favor, no olvidarse de generar momentos de calidez, lugares donde el alma y espiritu se sienten comodos , a sus anchas.

Yo me quiero casar con esas cosas.

Luego, claro, somos abducidos otra vez por ese espiral psicoldelico de ideas, gentes, obligaciones despóticas...del que somos responsables, y forma parte nuestro y nos forma, pero la sensacion del paraíso perdido perdura un tiempo, la certidumbre de que existe la posibilidad de ser mas libre, un poquito mas libre nos persigue , puede afligirnos o hacernos mas felices.

Aceptar que, bueno, la idea no es mirar para otro lado e irse a vivir a la montaña mas lejana en compañía de un mono, o un monje zen.....

Si no tratar con la mejor buena voluntad (la fuerza de voluntad es tonta y no existe) de disfrutar lo mejor posible, y eso ocurre siempre y cuando no miremos para otro lado, duele, jode, pero es necesario mirarse, conocerse las mañas, las rarezas.... al fin y al cabo nada es taaan serio.

Anyway, les deseo algún "momento placita".

Con cariño.